De excelente humor y con grandes expectativas de que el filme le guste al público, el cineasta Juan José Campanella y los actores Ricardo Darín, Guillermo Francella y Soledad Villamil contaron cómo fue trabajar en la película El secreto de sus ojos, que se estrena mañana en Mendoza.
La cinta, basada en un policial de Eduardo Sacheri, tiene como eje un caso policial que obsesiona a un empleado del Poder Judicial que actúa en la causa. Aunque también refleja la historia de amor de ese personaje con una secretaria de su juzgado.
El filme también reúne a Darín, Campanella y Villamil diez años después de El mismo amor, la misma lluvia. Y permite que el actor de El hijo de la novia vuelva a trabajar junto con Guillermo Francella 26 años después de compartir protagonismo en la serie televisiva Mi chanta favorito.
Los artistas hablaron de estas particularidades de El secreto de sus ojos y de cómo es hacer un drama en el que se cuelan por momentos algunos chispazos de singular humor.
–¿Cómo fue este regreso al género policial para Juan José Campanella?
Campanella: –Me gustó el libro. Como lector me gusta mucho el policial. Y en una película me gusta mezclar varios acordes. Esta novela tenía eso. Yo en Estados Unidos dirijo una serie policial muy clásica. Pero lo que me gustó de esta novela es que me permitía trabajar dentro de lo que llamamos género policial o cine negro, pero con una cuota de humanismo y cotidianidad muy fuerte.
–El filme mezcla varios géneros…
Campanella: –Pensé en hacer algo que tuviera una polifonía de líneas dramáticas, que es algo que me interesa mucho. Era un desafío estar contando en una misma escena un policial, una de amor, una tragedia y una comedia. El reto fue que tuviera una unidad y que no fuera algo incoherente o confuso.
–Después de éxitos como El hijo de la novia y Luna de Avellaneda, ¿qué expectativas tiene respecto al filme?
Campanella: –Con mi segunda película (Ni el tiro del final), todos los que trabajábamos en ella pensamos que iba a ser una revolución en el cine negro y que me iba a consagrar como cineasta. Pero me catapultó y no a la fama (risas). Por otro lado, con El hijo de la novia pensábamos que iba a andar en Buenos Aires pero no sabíamos qué iba a pasar en las provincias. Y después creo que fue el éxito internacional más grande de la historia del cine argentino. Así que yo trato de no tener expectativas.
Una trama judicial
–¿Cuál es la trama del filme?
Darín: –Es una historia de amor que se toca con un caso que ocurre en un juzgado en 1974. Nosotros somos agentes de campo, los encargados de levantar información, investigar y hacer que la causa se mueva. El núcleo es la fusión de las dos historias. Mi personaje, por una obsesión, decide escribir sobre esta historia que quedó grabada en su cabeza y que en su vida fue determinante. El caso intervino en la relación de los personajes de Soledad y mío. Y cuando pasa el tiempo decide escribir y desandar ese camino. Se lo propone al personaje de Soledad y transitando nuevamente ese caso policial se revitaliza la relación entre ellos.
–¿Cómo se dio la elección de Francella para un rol dramático?
Campanella: –Hace mucho tiempo que quería trabajar con Guillermo. He visto sus trabajos en teatro y me gustaron mucho. Lo mismo me pasaba hace un tiempo con Ricardo. A veces la televisión le ofrece al actor la posibilidad de mostrar una sola de las facetas. Hay que buscar o ver sus trabajos en otros rubros. Yo vi lo que hizo Guillermo en Los productores y realmente me gustó más que lo que vi en Broadway. Creo que cuando se vea la película se va a entender por qué lo elegí.
Diez años después de la lluvia

–La cinta vuelve a reunir a Villamil, Campanella y Darín a diez años de El mismo amor, la misma lluvia, ¿cómo fue ese reencuentro?
Villamil: –Fue hermoso el reencuentro con Juan y con Ricardo. Cuando uno hace un trabajo y encuentra sintonía y fluidez en la comunicación, es como un capital que uno acumula y es bueno reinvertirlo en un nuevo proyecto. Fue buenísimo desde la lectura del guión hasta la experiencia del rodaje.
–Los personajes del filme aplican el lenguaje judicial para todo lo que les pasa, ¿cómo fue el trabajo de mostrar lo que pasa el Tribunales?
Villamil: –Pintar el ambiente de la Justicia fue el bastidor sobre el cual después se iba a zurcir la trama. Tiene un costado de la Justicia real, de lo que se vive ahí adentro.
Darín: –Además, es gente que pasa las 24 horas con trámites que para los involucrados son importantísimos pero que para los que trabajan con eso son algo rutinario. Y de eso depende en gran medida el futuro o la definición de una causa. Es un poco lo que ocurre con la medicina. A veces cuestionamos cierta frialdad o cierto sentido del humor que se maneja entre los médicos, pero cuando uno profundiza un poco se da cuenta que de otra forma no lo podrían hacer.
–De todos modos, más allá de las temáticas policiales y dramáticas hay algunos momentos de humor, muchas veces protagonizados por Francella…
Francella: –Había cosas que pasaban a pesar mío. Hubo mucha verosimilitud en lo interpretativo, nadie se hacía el gracioso.
Darín: –No hay un humor provocado, solamente un humor que se desprende de las situaciones dramáticas. Los argentinos somos así, con esa cosa tana que tenemos de permanente convivencia de lo trágico y lo cómico.
Francella: –Y con situaciones límites.
Campanella: –Incluimos en el guión cosas que parecen inventadas pero que eran así. Sandoval, el personaje de Francella, está basado en un compañero de Sacheri que era así. Atendía el teléfono y decía: “Banco de esperma, buenos días”. No hay chistes en la película.
–Después de esta experiencia, ¿Darín y Francella piensan en trabajar juntos en otro filme?
Darín: –En el rodaje hablás de todo, de tu familia, de lo que te pasa todos los días y también surgen fantasías. Pero son cosas que surgen de la necesidad de aceitar la relación en medio del trabajo. Los rodajes son arduos. Igual nosotros estuvimos hablando todo el tiempo.
Francella: –Nosotros trabajamos juntos hace 26 años en Mi chanta favorito. Nunca más nos volvimos a vincular laboralmente, sí en lo personal. Así que volverlo a hacer me dio mucho placer.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar
Fecha de Publicacion: 12 de agosto de 2009
La cinta, basada en un policial de Eduardo Sacheri, tiene como eje un caso policial que obsesiona a un empleado del Poder Judicial que actúa en la causa. Aunque también refleja la historia de amor de ese personaje con una secretaria de su juzgado.
El filme también reúne a Darín, Campanella y Villamil diez años después de El mismo amor, la misma lluvia. Y permite que el actor de El hijo de la novia vuelva a trabajar junto con Guillermo Francella 26 años después de compartir protagonismo en la serie televisiva Mi chanta favorito.
Los artistas hablaron de estas particularidades de El secreto de sus ojos y de cómo es hacer un drama en el que se cuelan por momentos algunos chispazos de singular humor.
–¿Cómo fue este regreso al género policial para Juan José Campanella?
Campanella: –Me gustó el libro. Como lector me gusta mucho el policial. Y en una película me gusta mezclar varios acordes. Esta novela tenía eso. Yo en Estados Unidos dirijo una serie policial muy clásica. Pero lo que me gustó de esta novela es que me permitía trabajar dentro de lo que llamamos género policial o cine negro, pero con una cuota de humanismo y cotidianidad muy fuerte.
–El filme mezcla varios géneros…
Campanella: –Pensé en hacer algo que tuviera una polifonía de líneas dramáticas, que es algo que me interesa mucho. Era un desafío estar contando en una misma escena un policial, una de amor, una tragedia y una comedia. El reto fue que tuviera una unidad y que no fuera algo incoherente o confuso.
–Después de éxitos como El hijo de la novia y Luna de Avellaneda, ¿qué expectativas tiene respecto al filme?
Campanella: –Con mi segunda película (Ni el tiro del final), todos los que trabajábamos en ella pensamos que iba a ser una revolución en el cine negro y que me iba a consagrar como cineasta. Pero me catapultó y no a la fama (risas). Por otro lado, con El hijo de la novia pensábamos que iba a andar en Buenos Aires pero no sabíamos qué iba a pasar en las provincias. Y después creo que fue el éxito internacional más grande de la historia del cine argentino. Así que yo trato de no tener expectativas.
Una trama judicial
–¿Cuál es la trama del filme?
Darín: –Es una historia de amor que se toca con un caso que ocurre en un juzgado en 1974. Nosotros somos agentes de campo, los encargados de levantar información, investigar y hacer que la causa se mueva. El núcleo es la fusión de las dos historias. Mi personaje, por una obsesión, decide escribir sobre esta historia que quedó grabada en su cabeza y que en su vida fue determinante. El caso intervino en la relación de los personajes de Soledad y mío. Y cuando pasa el tiempo decide escribir y desandar ese camino. Se lo propone al personaje de Soledad y transitando nuevamente ese caso policial se revitaliza la relación entre ellos.
–¿Cómo se dio la elección de Francella para un rol dramático?
Campanella: –Hace mucho tiempo que quería trabajar con Guillermo. He visto sus trabajos en teatro y me gustaron mucho. Lo mismo me pasaba hace un tiempo con Ricardo. A veces la televisión le ofrece al actor la posibilidad de mostrar una sola de las facetas. Hay que buscar o ver sus trabajos en otros rubros. Yo vi lo que hizo Guillermo en Los productores y realmente me gustó más que lo que vi en Broadway. Creo que cuando se vea la película se va a entender por qué lo elegí.
Diez años después de la lluvia
–La cinta vuelve a reunir a Villamil, Campanella y Darín a diez años de El mismo amor, la misma lluvia, ¿cómo fue ese reencuentro?
Villamil: –Fue hermoso el reencuentro con Juan y con Ricardo. Cuando uno hace un trabajo y encuentra sintonía y fluidez en la comunicación, es como un capital que uno acumula y es bueno reinvertirlo en un nuevo proyecto. Fue buenísimo desde la lectura del guión hasta la experiencia del rodaje.
–Los personajes del filme aplican el lenguaje judicial para todo lo que les pasa, ¿cómo fue el trabajo de mostrar lo que pasa el Tribunales?
Villamil: –Pintar el ambiente de la Justicia fue el bastidor sobre el cual después se iba a zurcir la trama. Tiene un costado de la Justicia real, de lo que se vive ahí adentro.
Darín: –Además, es gente que pasa las 24 horas con trámites que para los involucrados son importantísimos pero que para los que trabajan con eso son algo rutinario. Y de eso depende en gran medida el futuro o la definición de una causa. Es un poco lo que ocurre con la medicina. A veces cuestionamos cierta frialdad o cierto sentido del humor que se maneja entre los médicos, pero cuando uno profundiza un poco se da cuenta que de otra forma no lo podrían hacer.
–De todos modos, más allá de las temáticas policiales y dramáticas hay algunos momentos de humor, muchas veces protagonizados por Francella…
Francella: –Había cosas que pasaban a pesar mío. Hubo mucha verosimilitud en lo interpretativo, nadie se hacía el gracioso.
Darín: –No hay un humor provocado, solamente un humor que se desprende de las situaciones dramáticas. Los argentinos somos así, con esa cosa tana que tenemos de permanente convivencia de lo trágico y lo cómico.
Francella: –Y con situaciones límites.
Campanella: –Incluimos en el guión cosas que parecen inventadas pero que eran así. Sandoval, el personaje de Francella, está basado en un compañero de Sacheri que era así. Atendía el teléfono y decía: “Banco de esperma, buenos días”. No hay chistes en la película.
–Después de esta experiencia, ¿Darín y Francella piensan en trabajar juntos en otro filme?
Darín: –En el rodaje hablás de todo, de tu familia, de lo que te pasa todos los días y también surgen fantasías. Pero son cosas que surgen de la necesidad de aceitar la relación en medio del trabajo. Los rodajes son arduos. Igual nosotros estuvimos hablando todo el tiempo.
Francella: –Nosotros trabajamos juntos hace 26 años en Mi chanta favorito. Nunca más nos volvimos a vincular laboralmente, sí en lo personal. Así que volverlo a hacer me dio mucho placer.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar
Fecha de Publicacion: 12 de agosto de 2009
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