La sala Incaa Km 700 fue sede del estreno mundial del nuevo filme de Juan José Campanella. El director y Soledad Villamil, protagonista junto con Ricardo Darín, Pablo Rago y Guillermo Francella, acompañaron las primeras funciones del policial en Córdoba.
Vino acompañado por Soledad Villamil, que podría ser la excusa del título del filme pero que en cambio funciona como uno de los tres pilares sobre los que construye la trama de El secreto de sus ojos. Los otros son Ricardo Darín (con asistencia perfecta en la cinematografía del director bonaerense) y Guillermo Francella, que se descubre en la fibra dramática de Sandoval, un personaje tan desopilante como melancólico. Todo indica que se trata del gran acontecimiento del año para el cine nacional (todavía no se estrenó y ya compite en la selección oficial del Festival de San Sebastián y en una de las secciones principales del Festival de Toronto), y los cordobeses podremos decir que la vimos antes que todos.
Sólo para tus ojos. Después de una jornada entera de promoción, con horas de notas y entrevistas, más la ronda por un par de cines para acompañar la premiere, Campanella y Villamil tienen el buen humor y la disposición de un día feriado. Están nerviosos y entusiasmados por el encuentro con el público. Es la primera vez que la van a ver con gente y la reacción durante los primeros 15 minutos es un termómetro que no falla. El director de pie, en la oscuridad de la sala, se detiene a mirar los detalles técnicos. Dice que se ve oscura, un poco fuera de foco. El resto estamos embelesados por una trama adictiva y sorprendente que comienza como un retrato en primera persona, engancha con humor delicioso y vira al policial más violento, cautivados por tres personajes sugestivos y por un tono de relato que fluye entre el drama, el suspenso y la comedia con el ritmo de una serie televisiva. Será el entrenamiento en La ley y el orden y la gimnasia de una década de trabajo en la televisión estadounidense (Campanella dirigió episodios de House, de 30 Rock, por citar sólo las que se ven acá), la experiencia de Vientos de agua, una de las mayores producciones televisivas de España de los últimos años. Campanella entiende los tiempos del ojo habituado a ver en pantalla chica y le da cine de alta competición.
Todo lo que hay que decir. En ese apetito relator, el director detecta la recurrencia de un tema en su obra: el hombre y sus circunstancias, las alternativas que modifican su existencia, incluso cuando todavía no se ha dado cuenta. "Si bien lo que me atrae a hacer distintas películas son otras cosas, me doy cuenta de que siempre termino contando la misma historia, todo el tiempo. En realidad yo quiero contar otras historias, pero cuando me pongo a trabajar en el guión siempre termina tratándose de una mirada sobre las decisiones de vida, que muchas veces las tomamos nosotros, otras somos llevados por las circunstancias, o decisiones que parecen pequeñas o cómodas en su momento y que 20 años después tienen repercusiones no sospechadas. Ése es un tema que reconozco que está en todas las películas pero no es pensado, recién me doy cuenta después de haber trabajado en el guión".
Mientras viajan de la sala Incaa al Cinerama, Campanella y Villamil dicen que la industria del cine está en crisis, que Córdoba es el mejor lugar para pasar las vacaciones y que se habrían quedado a seguir mirando la peli con la gente. Nosotros también.
Para ver
El secreto de sus ojos. De Juan José Campanella, con Ricardo Darín, Soledad Villamil, Pablo Rago y Guillermo Francella. Sobre la novela de Eduardo Sacheri, La pregunta de sus ojos. Es 1974. El caso de la violación y asesinato de una joven llega al juzgado donde trabajan Irene Hastings (Villamil), Benjamín Espósito (Darín) y Sandoval (Francella). El entorno violento del país, la búsqueda de un culpable y de algunas verdades personales serán el vínculo que los mantendrá unidos y al límite del dolor.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar
Fecha de Publicacion: 11 de agosto de 2009
Espectáculos. Juan José Campanella y Soledad Villamil, el creador y la actriz protagónica del policial que llegará el jueves al circuito comercial de todo el país (Sergio Cejas/LaVoz).
Es una especie de cábala: estrenar en Córdoba le trajo buena suerte con El hijo de la novia y Luna de Avellaneda y cortar la racha es de mal agüero. Para subrayar el gesto, Juan José Campanella consiguió que la primera proyección mundial de su último filme fuera en la sala Incaa Km 700 de la Ciudad de las Artes y la dedicó a total beneficio del Hospital de Niños, con canje de entradas por pañales y juguetes.Vino acompañado por Soledad Villamil, que podría ser la excusa del título del filme pero que en cambio funciona como uno de los tres pilares sobre los que construye la trama de El secreto de sus ojos. Los otros son Ricardo Darín (con asistencia perfecta en la cinematografía del director bonaerense) y Guillermo Francella, que se descubre en la fibra dramática de Sandoval, un personaje tan desopilante como melancólico. Todo indica que se trata del gran acontecimiento del año para el cine nacional (todavía no se estrenó y ya compite en la selección oficial del Festival de San Sebastián y en una de las secciones principales del Festival de Toronto), y los cordobeses podremos decir que la vimos antes que todos.
Sólo para tus ojos. Después de una jornada entera de promoción, con horas de notas y entrevistas, más la ronda por un par de cines para acompañar la premiere, Campanella y Villamil tienen el buen humor y la disposición de un día feriado. Están nerviosos y entusiasmados por el encuentro con el público. Es la primera vez que la van a ver con gente y la reacción durante los primeros 15 minutos es un termómetro que no falla. El director de pie, en la oscuridad de la sala, se detiene a mirar los detalles técnicos. Dice que se ve oscura, un poco fuera de foco. El resto estamos embelesados por una trama adictiva y sorprendente que comienza como un retrato en primera persona, engancha con humor delicioso y vira al policial más violento, cautivados por tres personajes sugestivos y por un tono de relato que fluye entre el drama, el suspenso y la comedia con el ritmo de una serie televisiva. Será el entrenamiento en La ley y el orden y la gimnasia de una década de trabajo en la televisión estadounidense (Campanella dirigió episodios de House, de 30 Rock, por citar sólo las que se ven acá), la experiencia de Vientos de agua, una de las mayores producciones televisivas de España de los últimos años. Campanella entiende los tiempos del ojo habituado a ver en pantalla chica y le da cine de alta competición.
Todo lo que hay que decir. En ese apetito relator, el director detecta la recurrencia de un tema en su obra: el hombre y sus circunstancias, las alternativas que modifican su existencia, incluso cuando todavía no se ha dado cuenta. "Si bien lo que me atrae a hacer distintas películas son otras cosas, me doy cuenta de que siempre termino contando la misma historia, todo el tiempo. En realidad yo quiero contar otras historias, pero cuando me pongo a trabajar en el guión siempre termina tratándose de una mirada sobre las decisiones de vida, que muchas veces las tomamos nosotros, otras somos llevados por las circunstancias, o decisiones que parecen pequeñas o cómodas en su momento y que 20 años después tienen repercusiones no sospechadas. Ése es un tema que reconozco que está en todas las películas pero no es pensado, recién me doy cuenta después de haber trabajado en el guión".
Mientras viajan de la sala Incaa al Cinerama, Campanella y Villamil dicen que la industria del cine está en crisis, que Córdoba es el mejor lugar para pasar las vacaciones y que se habrían quedado a seguir mirando la peli con la gente. Nosotros también.
Para ver
El secreto de sus ojos. De Juan José Campanella, con Ricardo Darín, Soledad Villamil, Pablo Rago y Guillermo Francella. Sobre la novela de Eduardo Sacheri, La pregunta de sus ojos. Es 1974. El caso de la violación y asesinato de una joven llega al juzgado donde trabajan Irene Hastings (Villamil), Benjamín Espósito (Darín) y Sandoval (Francella). El entorno violento del país, la búsqueda de un culpable y de algunas verdades personales serán el vínculo que los mantendrá unidos y al límite del dolor.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar
Fecha de Publicacion: 11 de agosto de 2009
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