En el marco del Festival de Tango, la cantante y actriz presenta su segundo disco solista, Morir de amor. "La idea fue seguir mezclando ritmos, rescatando un poco la figura del cantor nacional, a la manera de Gardel, Libertad Lamarque o Nelly Omar", explicó.
No es éste el típico caso de la actriz a la que un día se le da por volverse multimedia y explorar otras vertientes artísticas. La historia de Villamil, que se hizo conocida en unitarios de la tele como Vulnerables y Locas de amor es exactamente al revés: la música fue su primera vocación. Por eso, aunque el teatro adquiriera, puertas afuera, un protagonismo casi excluyente, ella nunca dejó de estudiar música.
Su primer disco, Canta, ganó el año pasado el Premio Gardel al mejor álbum nuevo de tango y la posicionó como una de las artistas más interesantes en su género. Con su segundo álbum, Morir de amor, Villamil redobla la apuesta y le presta la voz a creaciones de Luis César Amadori, Idea Vilariño, Alfredo Zitarroza, Azucena Maizani, Homero Manzi y Francisco Canaro, entre otros.
–Vos te definís como una artista integral. ¿Cuál es el aporte de la actriz cuando Soledad canta?
–Debe estar, pero yo no lo tengo separado en mí, no paso de una a la otra, no hago un switch ni tengo una disposición especial a subir al escenario de una u otra manera. De todos modos, supongo que debe estar presente en el abordaje de la canción, y por eso hay imágenes a las que le puedo prestar interpretación.
–¿Para qué te sirvió ganar el Gardel?
–Yo ya había cantado en un espectáculo que se llamó Glorias porteñas pero haber hecho un disco como cantante solista, llevar adelante un proyecto que tiene que ver con una vocación mía muy antigua, significó un pequeño gran paso. Y ganar el Gardel fue plantarme desde un lugar más seguro en esto de estar empezando en otra faceta ante el medio y ante el público. Fue un mimo bárbaro para mis prejuicios, mis dudas, mis preguntas en algo nuevo. Nuevo no en mí sino en presentárselo al público.
–¿Cómo fue la selección del repertorio?
–Se fue organizando en torno a un eje temático. Los géneros son heterogénos, la idea fue, como en el anterior, mezclar ritmos a la manera del cantor nacional, recuperar esa figura que encarnaron Gardel, Libertad Lamarque, Nelly Omar, que podían cantar tanto un tango como una rumba o algo un poco más folklórico. Pero lo que primó fue ese eje temático del amor, en sus distintas variantes, cómo se le canta, desde la felicidad, el padecimiento, el abandono.
–¿Qué es lo que más te gusta de tu faceta como cantante ?
–Si bien yo participo en todo el proceso de grabación y mezcla del disco, en mi caso todo es una gran excusa para subir al escenario y cantar. Además, esta vez compuse en dos temas, en uno la letra y en el otro la musica. De doce, dos, es un principio: empezar a darle cauce no sólo a lo de los otros sino a lo que uno tiene para decir.
Fuente: http://www.elargentino.com/
Fecha de Publicacion: 18 de agosto
No es éste el típico caso de la actriz a la que un día se le da por volverse multimedia y explorar otras vertientes artísticas. La historia de Villamil, que se hizo conocida en unitarios de la tele como Vulnerables y Locas de amor es exactamente al revés: la música fue su primera vocación. Por eso, aunque el teatro adquiriera, puertas afuera, un protagonismo casi excluyente, ella nunca dejó de estudiar música.
Su primer disco, Canta, ganó el año pasado el Premio Gardel al mejor álbum nuevo de tango y la posicionó como una de las artistas más interesantes en su género. Con su segundo álbum, Morir de amor, Villamil redobla la apuesta y le presta la voz a creaciones de Luis César Amadori, Idea Vilariño, Alfredo Zitarroza, Azucena Maizani, Homero Manzi y Francisco Canaro, entre otros.
–Vos te definís como una artista integral. ¿Cuál es el aporte de la actriz cuando Soledad canta?
–Debe estar, pero yo no lo tengo separado en mí, no paso de una a la otra, no hago un switch ni tengo una disposición especial a subir al escenario de una u otra manera. De todos modos, supongo que debe estar presente en el abordaje de la canción, y por eso hay imágenes a las que le puedo prestar interpretación.
–¿Para qué te sirvió ganar el Gardel?
–Yo ya había cantado en un espectáculo que se llamó Glorias porteñas pero haber hecho un disco como cantante solista, llevar adelante un proyecto que tiene que ver con una vocación mía muy antigua, significó un pequeño gran paso. Y ganar el Gardel fue plantarme desde un lugar más seguro en esto de estar empezando en otra faceta ante el medio y ante el público. Fue un mimo bárbaro para mis prejuicios, mis dudas, mis preguntas en algo nuevo. Nuevo no en mí sino en presentárselo al público.
–¿Cómo fue la selección del repertorio?
–Se fue organizando en torno a un eje temático. Los géneros son heterogénos, la idea fue, como en el anterior, mezclar ritmos a la manera del cantor nacional, recuperar esa figura que encarnaron Gardel, Libertad Lamarque, Nelly Omar, que podían cantar tanto un tango como una rumba o algo un poco más folklórico. Pero lo que primó fue ese eje temático del amor, en sus distintas variantes, cómo se le canta, desde la felicidad, el padecimiento, el abandono.
–¿Qué es lo que más te gusta de tu faceta como cantante ?
–Si bien yo participo en todo el proceso de grabación y mezcla del disco, en mi caso todo es una gran excusa para subir al escenario y cantar. Además, esta vez compuse en dos temas, en uno la letra y en el otro la musica. De doce, dos, es un principio: empezar a darle cauce no sólo a lo de los otros sino a lo que uno tiene para decir.
Fuente: http://www.elargentino.com/
Fecha de Publicacion: 18 de agosto
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