El mejor disco de tango en mucho tiempo. Tangos, milongas, rancheras, seleccionados con mano maestra, cantados de un modo exquisito, y con arreglos a la vez novedosos y delicados (de José Teixidó). No hay un tema que sobre, ni que baje del nivel de excelente.
Este sábado Soledad Villamil se presenta en el Teatro IFT Boulogne Sur Mer 549 (a una cuadra de Av. Corrientes y Pueyrredón) hay entradas desde $40
Ya había demostrado en Glorias Porteñas que detrás del tono algo afectado y paródico de los personajes de la obra, en ella había algo más. Y esto es lo que hay. Una de las mejores cantantes de tango en mucho tiempo.
Y que elige un repertorio lejos de los clichés del género y del tango ‘para mujeres’ (Esas que sabemos todos: Sola, Los mareados, Uno, Malena, etc. etc. etc.)
Busca en el tango de antes, en ese que no había entrado a los salones y la línea que lo separaba de la música del campo era invisible.
Los primeros cantores de tango, y sobre todo las mujeres, pasaban del tango a la milonga, al valsecito criollo, a la rancherita, al paso doble, todo era parte de la música popular de las décadas del ‘20 ‘30 y principios de los ‘40.
En su búsqueda, Soledad trae esa comunión de géneros más acá en el tiempo, y se permite juntar a Zitarrosa con Yupanqui, con Cátulo Castillo, con Amadori o con Canaro.
Joyas como “El aguacero” o “Amor en entredicho” alcanzan el su voz un nivel superlativo.
Hace algún tiempo la Tana Rinaldi, -una de las leyendas vivientes del tango y todavía no reconocida en toda su dimensión-, supo hacer un camino similar, aunque con un tono un poco más parisino, más elegante, un poquito más estridente.
Ojalá siga con éste tipo de propuestas.
Nos invita a lugares que ya casi no quedan en la música popular argentina.
Fecha de Publicacion: 14 de abril de 2009
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